"If you never try, you'll never know just what you're worth." Chris Martin

viernes, 19 de julio de 2013

Del 20 de julio de 1810 y el grito de Independencia del mundo americano

Colombia fue el tercer país independiente de la corona española en Latino América, tras un proceso largo y cruento, que inició con un grito de un pueblo que ya no quería más de lo mismo.

Una disputa a raíz de un  florero en Santa fe, el viernes 20 de julio de 1810,  desencadenó sangrientas batallas en las que hombres, mujeres  y niños ofrecieron sus fuerzas, sus recursos, su experiencia, su vida misma, para que hoy Colombia sea una nación libre y soberana. 

Luego de nueve años y 17 días, de feroces batallas, de sacrificios humanos invaluables, de horror, de incertidumbre, se sella en el Puente de Boyacá, la victoria que haría al pueblo americano libre de la soberanía española. 

Himno Nacional de Colombia (Fragmento)


¡Oh, gloria inmarcesible!

¡Oh, júbilo inmortal!
En surcos de dolores,
el bien germina ya. 



Pero yo no voy a escribir acerca de la historia (pueden consultarla en internet!) Vengo a hablar de lo que ésto significa para mí, como Colombiana, en pleno siglo 21, 203 años despues.

Llevo casi 7 meses fuera de mi país. El 31 de diciembre y el 1ro de enero, el cumpleaños de mis seres queridos, semana santa, el día del trabajo, el día del idioma, y demás festividades han pasado y yo aquí a 4942 kilometros de mi Colombia, tierra querida. Pero hoy es 20 de julio. Hoy, como siempre, se me llena la boca de orgullo al decir que soy Colombiana, de pura raza. Que soy berraca, que trabajo duro y soy echada pa´lante. Que me gusta el patacón, el mute y el ajiaco, que nuestro himno es el segundo más hermoso del mundo ( hombre, entre cientos de paises, está perfecto!), que tengo 18 festivos al año, y que, aunque el resto del mundo sea maravilloso e increible, Colombia es inigualable. 

Amo a mi país, como me amo a mí misma. Cómo mi mamá me enseñó: "... en ti (Colombia) amo todo lo que me es querido..." Mi familia, mis amigos, mis maestros, mis vecinos, los hermosos lugares en los que crecí y gocé, la música, la comida, los valores y principios, lo hermoso del Español hablado en Colombia, los colores, olores y sabores, las colombianadas. Lo único que no amo de mi país es el gobierno que en lugar de defender, oprime; pero igual, Colombia es mucho más que sus conflictos internos y externos. Somos más las personas de bien, somos más los que desde donde sea que nos encontremos hacemos lo mejor con lo que tenemos a nuestro alrededor para que el nombre de nuestro país quede en alto. Para mostrar la cara amable, para agradecerle a Colombia por tanto que hemos recibido. 

Agradezco a Dios por haberme puesto en este tiempo, en un lugar tan encantador como Colombia. Con todo y todo, no hay sitio bajo el cielo más dulce que mi hogar. 

Feliz día de la independencia! 














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